A solo 40 minutos de Quito, pero en una zona que se mantiene a salvo de la jungla de cemento (y esperemos que sea así por mucho tiempo más), es el lugar ideal para una escapada. Un estilo de casa tradicional de hacienda que la vuelve acogedora, las instalaciones son confortables y limpias, la sazón de la comida es excelente, aunque lo más sobresaliente es la extrema amabilidad del personal. Ah, y pueden llevar a sus mascotas, que serán bien acogidas.
Para mejorar: las puertas de los baños en las habitaciones tienen cristales transparentes lo que se vuelve inconfortable por la falta de privacidad.
Tomar en cuenta también que al tener un sistema de calentamiento solar, la piscina y el hidromasaje tardan en alcanzar su temperatura óptima en la mañana
Un lugar muy agradable sus habitaciones son muy limpias el personal que atiende la verdad bien buen servicio buen trato te hacen sentir como en casa 👌🏼
Hermosa hostería para pasar un fin de semana de relajación y disfrute.
Tiene extensas áreas verdes, una piscina temperada calentada con paneles solares, habitaciones cómodas y limpias, canchas para jugar fútbol y un acogedor restaurante.
Admiten mascotas.
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